"Las extremidades inferiores son para el hombre como las raíces para un árbol: según se encuentren sus pies, así estará el resto de la persona".
La primera prueba tangible de la existencia de la utilización de la reflexoterapia por el ser humano data del año 2.330 a.C. Se trata de una pintura hallada en la pirámide de Ankmahor, en Sakkarad (Egipto).
Nuestros pies, con sus 7.200 terminaciones nerviosas tienen conexión con todos los órganos vitales de nuestro cuerpo. La planta del pie y el pie en su conjunto representa en forma esquemática la totalidad del cuerpo y sus órganos.
Mediante el masaje de reflexología podal podemos influir a modo reflejo sobre los correspondientes órganos y vísceras. Cuando palpamos un área estamos recibiendo información que se corresponde con un determinado órgano. Las zonas alteradas son más doloras o sensibles al tacto.
El objetivo es obtener una respuesta saludable de los órganos, aparatos y sistemas a la estimulación adecuada aplicada en las zonas reflejas correspondientes. La reflexología podal tiene gran valor tanto en la prevención, como en el diagnóstico y tratamiento de las dolencias. Su papel preventivo se explica porque equilibra la energía del organismo y por lo tanto contribuye a evitar males posteriores.
OBJETIVOS
La reflexología podal es beneficiosa para todo el mundo teniendo en cuenta distintos aspectos en cuanto a la edad y algunas problemáticas especiales. Mi paciente más mayor tiene 101 años.
La reflexoterapia es una técnica no invasiva, sin apenas contraindicaciones y con innumerables beneficios.
Entre los más conocidos:
Depura el organismo de sustancias tóxicas
Favorece la respiración
Alivia tensiones físicas y emocionales
Reduce el estrés
Estimula las defensas del organismo
Alivia el dolor
Induce a un profundo estado de relajación y bienestar
Estimula la energía vital
Mejora la circulación
TRATAMIENTOS
El tiempo que dedicamos a cada sesión depende del tratamiento que sigamos, puede oscilar entre 30 y 90mn. A veces basta con una sola sesión para aliviar los síntomas, pero cuanto más tiempo lleven presentes los síntomas, más sesiones serán necesarias. Lo habitual es que el cuerpo encuentre su equilibrio entre 6 y 15 sesiones, aunque dependerá del grado de respuesta de cada persona y de su compromiso con el bienestar y la vida sana. Al principio se recomiendan de 3 a 5 sesiones a intervalos de 7 a 15 días. A continuación, 1 sesión al mes o en cada cambio de estación.
DURACION DE LA SESIÓN DE REFLEXOLOGIA Y SESIONES POSTERIORES
Ariane se ha iniciado a la reflexología en Paris en 2010.
Investigó sobre los métodos que existían en España y se formó como reflexóloga con las profesoras E. Derriba, G. Lozano (Anatomía) y P. Almazán.
Se diplomó en Madrid.
Consultas en el barrio de Princesa-Moncloa (a 1 min. a pie de la estación de metro Arguelles, salida Gaztambide) y en Arturo Soria.